lunes, 8 de diciembre de 2008

Emocion e intensidad. 2/Des/08

Vaya partido más emocionante el del sábado por la tarde. Categoría Junior Masculino Nivel A. Dos equipos con dos estilos muy parecidos, un ataque rápido, con mucha libertad pero con alguna jugada ensayada y muchos recursos en defensa. Personalmente, siempre me ha gustado ese tipo de juego. Todos los equipos que he entrenado he intentado inculcar esa filosofía. Durante todo el partido se sucedían situaciones de 1x1 o como mucho 2x2. Pero por encima de todo, quiero destacar la labor en defensa. En individual utilizaban mucho las manos, casi siempre rozaban la ilegalidad, pero ahí estaba para sancionarlo. Respecto a los cambios de defensa, se alternaron de todos los tipos. Zona-press todo el campo y pasado medio campo en zona 2-3. Al equipo visitante le sorprendió en algunos momentos, la zona 1-3-1 del local. Pero la atacaron con mucho criterio y seleccionando bien el tiro. Al final, emoción y mucha tensión, pero fue un placer arbitrar ese partido.
Personalmente, este tipo de partidos, (como todos) requieren una concentración mayor, porque son un poco especiales. Tienes que adelantarte a la jugada, estar en el lugar oportuno, controlar las situaciones sin balón, bloqueos indirectos y sobre todo las acciones que se producen en un rebote. Los jugadores y entrenadores son muy exigentes y quieren que su trabajo semanal, no se vea perjudicado por la labor arbitral. Eso es lo que yo, como entrenador, siempre he pensado. Pero, quiero hacer un alto a todo esto. Estos partidos no se pueden dirigir con un solo árbitro. Se necesitan dos. La intensidad del juego, la velocidad del desplazamiento de la pelota y los mismos jugadores exigen dos árbitros. Creo que es una cuestión que tendríamos que tener en cuenta.
Ah, por cierto. En uno de los partidos que pite por la mañana, de categoría mini femenino, la grada estaba muy cerca de la pista . En una acción de tiro libre en la que yo estaba debajo del aro, oí un comentario de un padre referente al partido en tono alegre y divertido, (por instinto) me giré, mirando a dicho padre con una sonrisa por el comentario, y no se le ocurre otra cosa que decir: “que hace el árbitro con orejas de Dumbo”. Bien, en ese momento, mi pregunta fue, ¿si hoy me hace ese comentario mientras va ganando el equipo de su hija, que dirá cuando su hija pierda y por desgracia el árbitro se haya equivocado en alguna ocasión?

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