Quiero aprovechar este blog que escribo cada semana, para hacer referencia a un hecho ciertamente triste. En dos de los partidos, uno el viernes y el otro el sábado, que arbitré, los entrenadores locales me pidieron hacer un minuto de silencio por la muerte de personas muy cercanas a sus Clubs. La primera, un chaval de quince años, que desgraciadamente sin tener culpa, se vio involucrado en un accidente de coche. Las caras de sus compañeros al iniciar el minuto eran un poema. Creí que el partido lo jugarían sin mucha convicción y les pasarían por encima. Pero no fue así, hicieron un gran partido y siempre animados por su entrenador, se entregaron sin escatimar esfuerzo. A destacar, es que escribieron en el acta, el nombre del compañero fallecido. Un gran detalle, para no olvidarse de él. El partido del sábado, era diferente. Una profesora del colegio donde estudiaban las jugadoras del equipo, falleció. También las caras, lo decían todo. Desde aquí, un fuerte abrazo a todos los familiares y que descansen en paz. Y nosotros, a mirar hacia delante, porque seguimos aquí.
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